El pasado viernes 19 y sábado 20 de febrero se celebró en Barcelona el I Congrés de Sobirania Tecnològica, en respuesta a la actual Mobile World Congress 2016 que está teniendo lugar esta semana.
Siempre sensibles a estos temas, asistimos al primero la jornada del sábado y, más allá de comentar cada una de las ponencias, queremos compartir algunas reflexiones que nos van madurando en la cabeza con el paso de las horas.
A la soberanía se llega recorriendo un camino, no traspasando una puerta
Creo que una sociedad que llegue a ganarse la soberanía sobre la tecnología será más justa y mejor. Esto es de sentido común. Es más, hablamos de un objetivo tan complejo que diría que una sociedad que luche por su soberanía tecnológica ya es necesariamente mejor. Pero en un mundo tan complejo como el actual, donde conviven infinitas «verdades», deberemos ir despacio o no llegaremos.
Pero un paso firme también es imprescindible, y eventos como este son necesarios para ir avanzando si se hacen con la conciencia de que cada colectivo tiene que moverse a su velocidad particular.
Pienso que (ojo, hablo por mí):
- Hay que ser crítico pero criticar con prudencia, sin menospreciar ningún punto de vista. Hay demasiados ciudadanos implicados en el MWC para pensar que todo el mundo está equivocado.
- Hay que llenar permanentemente el discurso de pedagogía. No todo el mundo es —ni quiere, ni debe ser— hacker.
- Es positivo valorar también las acciones parciales si provienen de la buena voluntad (no todo el mundo puede prescindir de tener teléfono móvil, pero eso le impide actuar en otros ámbitos).
Un Mobile World Congress sin mirada mundial
Del evento —a menudo espectáculo— del MWC nos llega cada día una tormenta de información abrumadora. Y, como consumidor de algunos de los productos y servicios que allí se gestan, echo de menos que aún no se aborden de forma directa algunos de los problemas éticos que la misma industria genera: explotación laboral, conflictos bélicos por materias primas, mercadeo de datos privados, espionaje gubernamental…
Si estos temas se está tratando seriamente esta semana en Montjuïc, sinceramente, a mí se me están escapando.